Yo enojado? ¿Por qué debería de estarlo? Siendo que me diste la vida, estoy más que agradecido. ¿Porque tienes esa impresión? ¿Qué te hace pensarlo?!No me digas!… ¿Te sientes culpable por algo? ¡Por favor no lo sientas!, ¡me diste la vida! y gracias a ese pequeño detalle yo he dado vida a alguien más. No quiero que te culpes por no haberme cuidado cuando más lo necesitaba, estoy convencido que no podías, se te dificultaba. Estabas muy ocupado pensando en ti, labor de tiempo completo que no acepta particiones.

No estoy enojado, te insisto. Me diste la vida. Tampoco quiero que pienses que mi supuesto enojo fue por haberme involucrado en tantos problemas, ¿qué más podías hacer? ¿Qué otra opción había? todas las demás puertas ya estaban cerradas.

¿Cómo podría enojarme contigo? me dista la vida! y con ella valiosas enseñanzas. Aprendí que es mejor abrazar a mis hijos y decirles que los amo. Acostarlos por las noches reiterándoles que nunca permitiré que nada malo les suceda. A conocerlos y entender quiénes son, que piensan y sienten, que temen y que adoran, que desean y aborrecen, que gozan y sufren.

¡A no estar ausente y pensar que solo por haber dado la vida soy padre!

Por esto que aquí escribo, te pido que nunca pienses que vivo enojado, menos contigo que me diste la vida, que sin hacerlo ni planearlo, diste grandes lecciones que nunca olvidaré.

 

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