Hoy fue un día diferente, no sé si la sensación o el ansia de salir me hacen cambiar de parecer respecto a qué tan cómodo es trabajar desde casa. Lo mejor es quedarme, así lo entiendo, pero saber que se han reactivado una buena parte de las actividades cotidianas, sin mi allá afuera me hace dudar de algo que antes me era completamente seguro. Es grande la necesidad de salir y convivir con los amigos y compañeros de trabajo, pero el simple hecho de no poder hacerlo nos hace desearlo más. Pasar por un café de camino al trabajo y comentar trivialidades al barista, encontrarme algún conocido en el elevador, saludar con un ademán y después mirar al piso. Todo esos pequeños movimientos que hoy se perciben inmensos.